Ubicado en pleno centro capitalino, Londres 38 se erige como uno de los pocos espacios que buscan mantener viva la memoria frente a los abusos cometidos durante el periodo de dictadura en Chile.
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Londres 38 |
El inmueble, que anteriormente había sido sede del partido socialista, fue expropiado a sus dueños en 1973 a manos de la DINA, quienes comenzaron a llamarlo desde entonces "Cuartel Yucatán". Aproximadamente por un año, este espacio se convirtió en su centro de operaciones , desde donde concibieron, planificaron y llevaron a cabo la política de detención, tortura, exterminio y desaparición de los opositores políticos a la dictadura.
El número de personas detenidas y torturadas en este lugar, aún no ha sido determinado, sin embargo se ha establecido que la cantidad de ejecutados (o desaparecidos) asciende a 96 personas.
En la actualidad este espacio funciona como un lugar de recuperación de memoria al cual puede acceder cualquier persona , ya sea por iniciativa o propia o solicitando visitas guiadas. En el recinto, se encontrará con una variada exposición de información gráfica y escrita, que deja en evidencia las violaciones a los derechos humanos que ahí se llevaron a cabo.
El espacio privado como lugar de tortura
En los libros que conforman nuestro corpus de análisis, el lugar en donde son torturadas las protagonistas resulta un factor fundamental para comprender, no solo el desarrollo de los acontecimientos sino también, la decisión que marcó la vida de estas mujeres.
Estos espacios, se describen como lugares sucios, sin ningún tipo de comodidad, en donde deben convivir hacinadas todas las mujeres que esperan con resignación la hora en que les tocará ser vejadas.
En el caso de La vida doble, Lorena o Irene, es dirigida hacia un lugar que ella reconoce como "La central". Ahí es sometida a las más atroces torturas, las cuales terminan, finalmente, por hacerla ceder y posteriormente delatar a los que en algún momento fueron sus amigos.
En Carne de Perra en cambio, María Rosa es llevada a una casona en donde es humillada y vejada a manos de "El Principe". El espacio en este caso, cada vez se torna más reducido para la protagonista, pues en una primera instancia es encerrada en una celda y posteriormente en el baño de otro recinto previamente arrendado por El Principe para la tortura. Encerrada y oculta en estos inmuebles, su captor se transforma en la única figura con la que María Rosa tiene contacto. Se crea así un vínculo afectivo entre opresor y oprimido, lo cual lleva al segundo actante a colaborar con el que debiese considerar su enemigo.
La flaca Alejandra por su parte, señala en su testimonio que fue llevada a Londres 38; ahí, torturada y vejada a manos de los agentes de la DINA, comienza a delatar y colaborar activamente con sus captores.
Es por todo lo anterior, que el espacio privado se configura como el lugar en el cual los torturadores pueden llevar a niveles exultantes sus más oscuros instintos. Se convierten en los dueños absolutos de estos lugares y por tanto de quienes los habitan: las mujeres que se doblegan ante los maltratratos y terminan por traicionar a su gente, a su ideología; a sí mismas.
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Londres 38 (1973) |
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Mural conmemorativo- Londres 38 |